Los humanos comenzaron a practicar agricultura hace alrededor de 10 000 años, pero el cultivo de comida no es exclusivo de las personas, ya que un grupo de termitas que se encuentran en África y Asia ha estado creciendo hongos como alimento dentro de sus nidos desde hace 50 millones de años.
La cooperación entre termitas y hongos es un ejemplo impresionante de "simbiosis mutualista", es decir, de cooperación y convivencia natural entre dos especies diferentes que supone una ventaja para ambos.
En este caso, las termitas construyen nidos que actúan como invernaderos, y estos insectos sociales salen en busca de material vegetal con el que abastecer sus jardines de hongos.
Aportan generalmente materia muerta como madera y pasto seco para enriquecer el sustrato donde crecen los hongos muy ricos en nitrógeno. A su vez, los hongos descomponen materiales vegetales complejos ricos en carbono, como celulosa y lignina, que las termitas aprovechan aunque no tienen las enzimas para digerirlas.
Fotografía: hongo termitomyces, variedad titanicus.
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