Grandes empresas productoras de champiñones quieren rentabilizarlos y ahorrar a su negocio miles de euros al año. "El desperdicio que tenemos es el tallo de los champiñones", explican. "Cosechamos las setas y cortamos la parte del tallo que se desecha". Producimos alrededor de tres a cuatro toneladas de desechos cada semana, obviamente hay alrededor de 150 a 200 toneladas al año, por lo que nos sale bastante caro." La comunidad científica ha combinado dos moléculas de los tallos, un polímero extraído de los champiñones y junto a pequeñas moléculas que bloquean la radiación UVl para crear una película transparente con la que elaborar cremas solares y revestimiento para muebles... Supondría rentabilidad económica y medioambiental para el sector.
Fuente: abc.net.
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